Sabor a fresa

No he dejado de pensar en ti desde que no estás, y nunca te conocí. Nunca te saludé, ni siquiera te vi cruzar una calle ni vi tu sonrisa en una foto. Pero desde que te fuiste yo no soy la misma, ni el mundo es el mismo para mí. Desde que te fuiste sonrío aún estando sola. Sonrío aunque llore. Sonrío aunque siempre existan muchos motivos para no hacerlo. Sonrío porque tú te mereces que los que seguimos lo hagamos. Porque todos aquellos que están, que son, que aún existen, deben sonreir por todo lo que tú ya no podrás.

 Desde que te fuiste me paro a ver las hojas caer, un bebé jugar o el agua de un río correr. Desde que te fuiste mi vida sabe a fresa porque yo he decidido cambiarle el sabor. A veces no tenemos tanto tiempo como pensamos. Perdemos los días con sabores amargos que no hacen más que infravalorar el regalo de seguir viviendo.


Desde que te fuiste escucho el silencio, respiro la nada y vivo un segundo más.

0 comentarios

Leave a Reply