Recuerdo que ese día daban 'Star Wars' en Antena 3. A mi padre aún no le habían trasladado a Cartagena, ¡y mucho le quedaba!, por lo que las cenas en mi casa, a cargo de mi madre, no eran mucho más que sándwiches calientes, pasta o sopa. (No le entusiasma mucho la cocina) Esa noche fueron los sándwiches. Yo llevaba todo el día fuera, entre colegio, clases de matemáticas que sirvieron de poco y un poco de 'paveo' por la ciudad.
Es curioso lo que recuerda una de esos días que pasan a la historia, y no siempre para bien.
Me senté en el salón con mi madre y me contó lo que había pasado. Recuerdo que mi reacción fue poco más que un "¿en serio?", y seguí comiendo, hasta que las imágenes de la televisión me dejaron helada en el sofá. Por aquel entonces yo sabía poco de política y mucho menos de terrorismo. En realidad, no sabía mucho más que de pantalones de campana, messenger o piercings en la oreja. Sin embargo creo que, ese día, todos nos hicimos un poco más adultos.
Todos aprendimos lo que era el miedo, la empatía y la pena. Ese día todos lloramos por aquellos que no conocíamos pero que, por un segundo, fueron como nuestra familia, y todos juramos mantener en nuestro corazón a los que ese día se marcharon injustamente.
Ese 11 de marzo España entera juró no olvidar, y puede que sea de las pocas promesas que todos hemos conseguido cumplir.
martes, 11 de marzo de 2014
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